17 de septiembre de 2010

¿Qué dificultad puede detener al embajador de Jesucristo?



Dicen que el viaje del Papa Benedicto a Gran Bretaña será difícil. Los medios de comunicación y determinados lobbys están haciendo lo posible para enardecer al pueblo británico contra la Iglesia católica y su máximo representante. El Papa llega precedido de calumnias contra su persona y de campañas a favor de la ordenación de las mujeres, o la absurda petición de arrestar al Pontífice por 'crímenes contra la humanidad'.

Otro Papa, Benedicto XV, en la Carta Apostólica “Maximun Illud” sobre la propagación de la fe católica en el mundo, se preguntaba:

"¿Qué dificultad, molestia o peligro puede haber capaz de detener en el camino comenzado al embajador de Jesucristo?"

Y respondía:

"Ninguno, ciertamente; ya que, agradecidísimo para con Dios por haberse dignado escogerle para tan sublime empresa, sabrá soportar y aun abrazar con heroica magnanimidad todas las contrariedades, asperezas, sufrimientos, fatigas, calumnias, indigencias, hambres y hasta la misma muerte, con tal de arrancar una sola alma de las fauces del infierno."

¿Y qué podemos hacer nosotros para colaborar con el Santo Padre en esta tarea? Muy sencillo. Encomendar la misión del Papa y orar, pues "sabido es que el único camino para lograr esta gracia es la humilde perseverancia de la oración".

Y "así como Moisés, cuando luchaban los israelitas contra Hamalec, levantaba sus brazos suplicantes al cielo en la cumbre de la montaña, del mismo modo, mientras los misioneros del Evangelio se fatigan en el cultivo de la viña del Señor, todos los fieles cristianos deben ayudarles con sus oraciones."

Ese es, al fin y al cabo, uno de los objetivos de este blog: que los blogueros mantengamos nuestros brazos alzados al cielo en todo momento, para apoyar al Papa en su misión.