
El silencio de san José no es solo
contemplativo sino que, precisamente por ser contemplativo, es un silencio
doloroso. Dice santa Teresa que Dios a los contemplativos, a los que más ama
les manda mayores trabajos y sufrimientos. “Son intolerables los trabajos que
Dios da a los contemplativos” (C 18,1) y ellos desean padecerlos. “Pocos veo
verdaderos contemplativos que no los vea animosos y determinados...