En este día que me regalas, vengo a tus pies para entregarte todo lo que soy y todo lo que tengo. Tú lo conoces todo; desde mis pensamientos más ocultos, mis deseos y mis proyectos. A ti quiero entregar mi vida entera, a ti quiero entregar mi corazón, a ti quiero entregar mi yo. Ese yo que muchas veces antepone a tu llamada, ese yo que en ocasiones le cuesta ser humilde y manso de corazón.
Hoy delante de tu presencia, entrego mi yo y con él todas mis debilidades, todas mis preocupaciones y todas mis angustias.
Pero también te entrego oh Dios, lo mejor de mi, que sea agradable a tus ojos. Mi ser te pertenece y a ti lo entrego; moldea, sana y restaura esta vieja vasija, hazla como quieras. A ti me entrego Señor. Amén.