
Nuestro amigo es muy agradecido y lo mismo acepta un sombrero, que una bicicleta o un pastel. Pero si queréis hacerle un regalo y no equivocaros, regaladle un buen libro.
En efecto, desde su juventud, Benedicto es un empedernido lector y cuentan que siempre viaja con varias maletas llenas de libros. Su sueño no era llegar a Papa, sino jubilarse como bibliotecario, según se ha desvelado recientemente.
Afortunadamente para nosotros, no va poder cumplir...